Somos actores, pero de película

Todos hemos visto alguna vez, o por lo menos hemos oído hablar o nos ha pillado de refilón mientras zapeábamos, alguna entrega de premios en el ámbito de la música, del teatro, de la televisión, y sí, también del cine. En estas galas, a los siempre tan emperifollados galardonados, les hacen entrega de una estatuilla y de cinco minutos de más fama. Un pequeño paréntesis entre las siempre chistosas apariciones del presentador, en el que, en resumidas cuentas se dedican a dar las gracias. A mamá, a papá por que siempre me apoyaron, al director, por confiar en mí... Vamos una entrega standar lo que se suele decir. Pero también, en toda gala, están aquellos que les dan las gracias a todo el equipo que trabaja detrás de las cámaras, que cerró cada disco, o cerraba y abría el telón.

Ahora se empieza a hablar de nosotros. Nos entrevistamos con la consejera de Educación, para contarle nuestras aventurillas, para que nos felicite por el trabajo. Y no solo eso, contamos con algunos planes ya apuntados en nuestras agendas. Damos la cara, la cara que parece que merece todo el mérito, cuando es ahora justamente, cuando realmente nosotros solo somos una parte pequeña de esta película, que no existiría sin ellos.
Para ser originales, este premio es de todos.

También para los niños de Bucarest que nos robaron el corazón y sonrisas, y a Sergio, que siempre formó parte.